Somos dueños de nuestra vida, ¿o no?
Pues ya es hora de demostrarlo, de dejar de esperar una oportunidad. ¿A qué esperas? Es cuestión de ser valiente y plantarle cara a la vida. Pues mientras el cobarde espera, el valiente va, triunfa y vuelve. Si no ariresgas, no ganas.
Arriesga, juega tus cartas, ponte de pie y golpea el suelo. Di a viva voz lo que quieres decir. Vive de una vez. Suéltalo así, de golpe, a quemarropa.
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