El tiempo. Me da miedo, de verdad. Me aterroriza.
Hoy diriges la mirada hacia el pasado. Ese pasado que creías tan tuyo. Cosas tan triviales como amistades, amores, disgustos, oportunidades. Toda esa sucesión. Todos esos recuerdos tan plenos de una vida tan profunda. Todas esas cosas. Las ves, y por más que intentas cerciorarte de que son pasado, las ves tan nítidas que parecen haber sucedido hace unos minutos. Las recuerdas a la perfección, como si estuviesen con nosotros ahora mismo. Y cuentas. Cuentas los días que han pasado, los meses, los años. ¿Cómo ha podido pasar tanto tiempo?
Ya veis, la vida pasa. Pasa deprisa. Como un tren desenfrenado buscando de una maldita vez su fin. Y no vuelve nunca la vista hacia atrás. Y conservamos el humo que dejó tras su paso. Los recuerdos. Vida.
Ya veis, la vida es una sucesión de cosas que pasan.
Ven y sé pasajero de mi tren.
Ven y sé pasajero de mi tren.
Disfruta. Ríe. Salta. Quiere. Grita. Sueña. Canta. Explota.Vive.
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